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domingo, 6 de noviembre de 2011

Palabra viva. Galatas Cap. 1.16. Revelar a su Hijo en mi

  Gal 1:16  revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,
Juan 17: 3 nos dice: Jun 17:3  Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
El arca de Jehova desprendía gloria y poder, así también cuando Cristo es  revelado, su gloria y majestad se muestran e iluminan a todos aquellos que han recibido su poder.
La lectura de la biblia nos ayuda a situarnos y nos ayuda a conocer la verdad, pero la revelación nos mete en la escena, nos transporta al mismo momento en que sucede la historia, y nos hace vivir la realidad de su palabra. No en vano dice la escritura que la palabra es espíritu y vida.Tener solamente la palabra no es suficiente. Jesús nos dice, que el que guarda su palabra, la practica, la ama, el Padre y El juntamente con el Espíritu Santo, vendrían y  se manifestarían.
Los misterios de Dios han sido revelados a los niños.

Mat 11:25  En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 
La revelación es un misterio que estaba oculto, pero Dios lo saca a luz. Las perlas el oro, los diamantes, no están a la luz del día, no se encuentran con facilidad. hay que buscarlos con tesón, con constancia, con paciencia. La humildad y el sufrimiento, son los instrumentos de precisión, que mas necesitamos, y estos nos ayudaran a descubrir las riquezas de Dios. Sin revelación nos quedamos sin fruto, ella nos da experiencias, y esta nos capacita para predicar, para adorar, para enseñar. Solamente la revelación de Dios nos abre las puertas del cielo de par en par, y nos capacita y nos da la fe, para pasear por el.