Dios nos ha puesto como luces en medio de un mundo lleno de oscuridad, y es mandamiento de Jesús que esta nuestra luz alumbre. Callarse seria una traición, es necesario hablar, compartir, enseñar, predicar a través de todos los medios que Dios ponga a nuestro alcance. Jesús preparo discípulos, y les encargo rigurosamente que enseñaran al mundo las palabras que ellos habían recibido en esos tres años y medio de discipulado. Comisiono a 70 y los envió de dos en dos, para que tuvieran autoridad, para que sanaran a los enfermos, para que enseñasen el arrepentimiento. Jesús envió el Espíritu Santo el día de pentecostés, y este fue enviado, para que ellos fueran testigos. Un testigo habla de lo que ha visto ha oído y ha experimentado en la presencia de Dios.
En la iglesia de hoy parece como si la llenura del Espíritu fuese simplemente, para sentir, para gozarse, para decir que culto más bueno hemos tenido. La llenura del Espíritu es para tener el poder y la capacidad para predicar el Evangelio, para resistir las tentaciones de este mundo, y para obedecer a Dios.
¿Que tenemos que predicar? el arrepentimiento, el perdón de pecados, la salvación por medio de Jesús.
¿Quien tiene que predicar? Todos los que han creído en Cristo.
¿Cuando tenemos que predicar? Siempre que tengamos la oportunidad, en cualquier lugar.
El evangelio es Cristo, es el Don de Dios, Es poder para salvación.
Desgraciadamente cuando la iglesia se acomoda, se enriquece, y se complace en si misma, la predicación de evangelio solo aparece como una opción. Pero predicar y enseñar es un mandamiento de Dios. La iglesia primitiva, predico, fue perseguida y continuo predicando, fue llevada a las cárceles y muerta en los anfiteatros, y siguió predicando. Y en poco tiempo se lleno todo el mundo conocido del evangelio de Cristo. Se les conocía porque perturbaban, y allí donde iban se les conocía y eran el espectáculo de aquella época.
Dios ha puesto a su hijo en vasos de barro, ha escogido a la iglesia, su cuerpo, como instrumento para llevar el evangelio a toda criatura, y no podemos contentarnos con nuestro estado soñoliento. Hemos de despertar y seguir anunciando el reino de Dios y su Justicia. Sea personalmente, sea por radio, por television, por Internet. etc... lo importante es que el mensaje sea claro y rotundo. "El hombre sin Jesucristo esta perdido"
Dios os bendiga y os afirme en la fe, y nos dé Dios la valentía de seguir anunciado a Jesús.
Luis M. Quiros.
