busca nuestros libros en Amazon pastor Luis Miguel Quiros

martes, 5 de octubre de 2010

Según la ciencia, es cierto que las aguas se abrieron para Moisés

Habría sido posible por la acción de fuertes vientos. Así lo observaron mediante simuladores. Es bueno que la ciencia lo reconozca, para los cristianos es un hecho imnegable

Para los israelitas, la separación de las aguas del Mar Rojo fue un milagro. Pero hoy la ciencia se atribuye una hazaña que, si es verdadera, sería casi igualmente valiosa: haber descubierto cómo pudo Moisés realizar aquel milagro, y dónde.

No cabe duda que los cristianos de hoy día son más abiertos y aceptan que Dios obra milagros y para ello utiliza la naturaleza que él mismo a creado y puede manejar a su antojo. Antiguamente los religiosos eran más desconfiados y no aceptaban nada de la ciencia o muy poco, hoy día no es así, se puede aceptar que Dios también utiliza la ciencia para el bien de la humanidad.

“Las simulaciones concuerdan notablemente con el relato del Éxodo”, dijo Carl Drews, director del estudio. “La separación de las aguas tiene una explicación basada en la dinámica de los fluidos. El viento mueve el agua de una manera que concuerda con las leyes de la física, y así se generó durante cierto tiempo un paso seguro, con agua de los dos lados, hasta que abruptamente retrocedió”, explicó.

En la Biblia; muchas veces Dios usó el viento, por ejemplo, cuando envió codornices para alimentar con carne al pueblo que se había puesto quejoso y estaba cansado del maná, que era comida del cielo, entonces pidieron carne y Dios hizo soplar un viento que trajo codornices en multitudes extraordinaria. (Este relato se encuentra en el libro de Números)

Drews descartó el Mar Rojo como sitio del fenómeno, porque corre de norte a sur, lo que no se ajusta bien a la descripción del éxodo, que menciona un viento “del este”. Por último, Drews llegó a la conclusión de que vientos fuertes y sostenidos del este –que soplaron a 100 km por hora, según la reconstrucción digital de un lago situado junto a lo que hoy es Port Said, cerca del Mar Mediterráneo–, podrían haber hecho retroceder las aguas hacia las costas occidentales. Así dejaron al descubierto amplios bancos de lodo y crearon un puente que se habría mantenido alto y seco durante cuatro horas.

De todos modos la ciencia siempre está en pañales con respecto al creador quien parece jugar con las estrellas y su entendimiento es infinito.

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