busca nuestros libros en Amazon pastor Luis Miguel Quiros

viernes, 8 de junio de 2012

ENTRA EN EL ARCA


John Owen, el gran predicador puritano, dijo el siguiente mensaje a su congregación el 9 de abril 1680:

“Ustedes saben que durante muchos años, sin fallar, les he estado advirtiendo continuamente que se acerca un tiempo de gran calamidad, y teniendo en cuenta los pecados que han sido la causa de ella... les he dicho que el juicio comenzará en la casa de Dios. Dios parece haber endurecido nuestro corazón a su temor... y nadie sabe lo que el poder de su ira será. En todas estas cosas les he pronosticado peligro, tiempo de angustia y de gran calamidad... Todo esto se encuentra a la puerta y entrará por nosotros”.

Dios envió su terrible juicio sobre la sociedad. John Owen vivió para llorar por el holocausto de fuego que afectó a Londres. Sin embargo, antes de que él viera acontecer una sola de esas calamidades, Owen fielmente clamó desde el púlpito: "Voy a mostrarles cómo deberíamos portarnos en y bajo las angustiantes calamidades que están viniendo sobre nosotros y que pueden alcanzarnos… ¡hasta el cuello!"

Queridos hermanos, estamos viviendo en un tiempo como el de Owen. Y en tiempos como éstos sólo hay una respuesta a la tormenta que se avecina: "¡El justo por la fe vivirá!"

Owen amonestó a su pueblo con lágrimas: "Consigan un arca, preparen el arca para su seguridad y la de sus familias." Luego agregó: "El arca es Jesucristo. No hay otra manera, ninguna otra arca; el profeta Isaías dijo de nuestro Señor: “Y un hombre [Cristo] será como un refugio contra el viento, y un refugio contra el turbión, como ríos de agua en un lugar seco, como las sombras de un gran peñasco en tierra calurosa”. ¡Él es nuestra arca! Bienaventurados los que confían sólo en Él... No conozco de ninguna otra seguridad o liberación de las pruebas y aflicciones que sobrevendrán sobre la tierra sino el creer en Cristo como nuestro único refugio."

Podemos ver peligros por todas partes, incluyendo al diablo y a sus principados que quieren ahogar nuestra fe con dudas. Pero a nuestro alrededor tenemos una gran guardia de ángeles y un Dios quien ha pactado guardarnos ante cualquier calamidad que enfrentemos.

Así que déjeme preguntarle, ¿quiere hacer frente a la tormenta que viene con quietud, confianza y con paz en su mente? Entonces desista hoy de sus propios caminos y medios para salvarse a sí mismo y comprométase a entregar su vida por completo al cuidado de Dios. Él es bueno con usted, es su buen Pastor y ¡Él es fiel para ver por usted ante cualquier circunstancia!

Fije su mirada en Jesús. Sólo Él es nuestra esperanza

Dios envió su terrible juicio sobre la sociedad. John Owen vivió para llorar por el holocausto de fuego que afectó a Londres. Sin embargo, antes de que él viera acontecer una sola de esas calamidades, Owen fielmente clamó desde el púlpito: "Voy a mostrarles cómo deberíamos portarnos en y bajo las angustiantes calamidades que están viniendo sobre nosotros y que pueden alcanzarnos… ¡hasta el cuello!"
Queridos hermanos, estamos viviendo en un tiempo como el de Owen. Y en tiempos como éstos sólo hay una respuesta a la tormenta que se avecina: "¡El justo por la fe vivirá!"
Owen amonestó a su pueblo con lágrimas: "Consigan un arca, preparen el arca para su seguridad y la de sus familias." Luego agregó: "El arca es Jesucristo. No hay otra manera, ninguna otra arca; el profeta Isaías dijo de nuestro Señor: “Y un hombre [Cristo] será como un refugio contra el viento, y un refugio contra el turbión, como ríos de agua en un lugar seco, como las sombras de un gran peñasco en tierra calurosa”. ¡Él es nuestra arca! Bienaventurados los que confían sólo en Él... No conozco de ninguna otra seguridad o liberación de las pruebas y aflicciones que sobrevendrán sobre la tierra sino el creer en Cristo como nuestro único refugio."
Podemos ver peligros por todas partes, incluyendo al diablo y a sus principados que quieren ahogar nuestra fe con dudas. Pero a nuestro alrededor tenemos una gran guardia de ángeles y un Dios quien ha pactado guardarnos ante cualquier calamidad que enfrentemos.
Así que déjeme preguntarle, ¿quiere hacer frente a la tormenta que viene con quietud, confianza y con paz en su mente? Entonces desista hoy de sus propios caminos y medios para salvarse a sí mismo y comprométase a entregar su vida por completo al cuidado de Dios. Él es bueno con usted, es su buen Pastor y ¡Él es fiel para ver por usted ante cualquier circunstancia!
Fije su mirada en Jesús. Sólo Él es nuestra esperanza

miércoles, 6 de junio de 2012

Palabra viva. Galatas 2.6

Gal 2:6  Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas ), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.


Los de la reputación. En Jerusalém estaba la cátedra de la fe. Allí estaban los apóstoles que estuvieron con Jesús, ellos eran reconocidos como los que tenían la doctrina, las pautas y el discipulado. Pablo no recibió en conocimiento y enseñanza acerca de Jesús.  Y aunque el no estuvo con El en la carne, la revelación que recibió por parte del Espíritu Santo, fue bordando  en su corazón la imagen de un Cristo glorioso. Dios transformo el conocimiento que Pablo tenia  de la Torá. Como buen judío y fariseo, el había estudiado la ley y los profetas. Desde muy  niño  habia sido instruido en las tradiciones y rituales de su pueblo. Cuando el Espiritu de Dios vino sobre el
y le cayo la gloria de Dios. Todo el conocimiento intelectual bajo a su corazon, de tal manera que lo hizo nuevo. Dios le compartio los. Secretos y misterios del. Reino. El espiritu Santo es el encargado de trasformar su palabra en vida. Tres cosas nos son necesarias.La palabra,la oracion, y la busqueda del Espititu. Por medio de la adoracion y la alabanza. La vida en Cristo es una entrega continua de meditacion,de llenuras espirituales. El nos traslado del reino de las tinieblas, al reino de su amado Hijo. Una vez en su reino, necesitaremos vivir,respirar, y caminar en el Espiritu de Dios.Los que asi actuamos y somos inspirados por El hemos conocido la verdad de la misma boca de Dios.