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domingo, 15 de febrero de 2015

Accion de gracias


ACCION DE GRACIAS

ACCION DE GRACIAS
El Salmo 100:4 nos da la pauta de cómo entrar en la presencia del Señor.
Las puertas de entrada son las “acciones de gracias”.
El agradecimiento está directamente relacionado con nuestra espiritualidad y es parte del
proceso de ser una adorador.
I. INGRATITUD:
(2 Tim. 3:1,2) Pablo incluye a la ingratitud como señal de los postreros días y de tiempos
peligrosos. La ingratitud es una característica de nuestra generación, unida a la envidia y avaricia.
La Biblia nos exhorta a lo opuesto (Heb. 13:5; 1 Tim. 6:8). El diccionario Larousee describe la
“ingratitud” como “desagradecimiento; olvido de los beneficios recibidos”. Por su parte el
Sal 103:2 nos dice que no debemos olvidar ningún beneficio del Señor (Stg. 1:17). Hay
suficientes razones para vivir una vida agradecida a Dios.
Una mentalidad agradecida, no codiciosa, nos lleva a la adoración.
II. EL AGRADECIMIENTO COMO OFRENDA:
Casi todas las ofrendas y sacrificios del A.T. contenían acciones de gracias. No eran solo para
pedir perdón, sino también como gratitud.
Un ejemplo es la ofrenda o "sacrificio” de paz (Lev. 7:11-12). Al hablar de “sacrificio”, el
diccionario dice: “esfuerzo hecho o pena sufrida voluntariamente en expiación por una falta o
privación que sufre o se impone una persona”.
(Lev. 22:29; Sal. 50:14; 107:22; 116:17; Amós 4:5: Jonás 2:9)
El sacrificio era voluntario, y el agradecimiento se constituye en un sacrificio que lo hacemos
como acción voluntaria.
“TOWDAH” es una palabra hebrea que significa “acción de gracias” y se traduce como alabanza
(Sal. 50:14). En su concepto original esta palabra tiene los conceptos de alabanza, acción de
gracias y hasta de confesión. En Heb. 13:15 la palabra “alabanza” proviene del término griego
“ainesis” que también significa “ofrenda de acción de gracias”, podemos ver que acciones de
gracias y alabanza van de la mano. Lev. 22:29 vincula nuevamente el sacrificio con las acciones
de gracias y debe ser aceptable delante de Dios.
Las acciones de gracias han de ser continuas en nuestra vida (Sal. 118:24), sin que representen
carga o molestia. No es sencillo y por eso es un “sacrificio”.
Pablo nos dice que las gracias deben ser dadas en todo (1 Tes. 5:18) pues es la voluntad del Padre
y esto es realmente difícil, sin embargo la gratitud debe partir desde una perspectiva global del
obrar de Dios en nuestras vidas. Una plena dependencia del Señor nos llevará a ser agradecidos
aún en medio de las situaciones más duras, sabiendo que todo nos ayudará para bien (Rom.
8:28). Juan 11 relata el pasaje de Jesús y el difunto Lázaro. Al no recibir ayuda del maestro
Marta y María no tenían motivos para agradecer. Jesús llegó 4 días “tarde” y nada se podía hacer.

El encuentro con Jesús está marcado por la queja y el reclamo, más la perspectiva de Jesús es
global y para la “Gloria de Dios”.
Cuan distinta sería nuestra vida si confiáramos
en El, sabiendo que tiene todo bajo control.
Jesús se quebranta al ver la incredulidad de las mujeres y lo mismo pasa con nosotros.
Todos conocemos el final y la moraleja es: “si crees verás la Gloria de Dios”.
III. UN ESTILO DE VIDA:
Debemos desarrollar en nosotros el agradecimiento como un estilo de vida, debe ser parte de
nuestra misma naturaleza y es el resultado de conocer a Dios. David es un ejemplo de este estilo
de vida. Su agradecimiento era constante. (Sal. 69.30; Sal 116:17 “TOWDAH”). La palabra
hebrea “YADAH”, también significa “acciones de gracias”, pero además “caer o tirar hacia
delante”, siendo indicativo de postramiento en reverencia y respeto al Señor. David usa esta
palabra con determinación y parte de su estilo de vida (Sal. 30:12; 35:18; Sal. 18:49 confesaré).
Una vida rendida al Señor es también de confesión y testimonio a los demás.
La gratitud debe ser un ingrediente de nuestra vida diaria.
IV. TAREA:
En una hoja de papel anotar tres encabezados: espíritu, alma y cuerpo, y debajo de cada una
enumerar las distintas cosas por las cuales agradecer al Señor en relación con cada área. Por
ejemplo, salud bajo cuerpo, el amor de la familia bajo alma y el crecimiento espiritual bajo
espíritu. Después analizar en cual área se ha sido menos agradecido y pedir la ayuda del Señor.
La gratitud es una seña de un genuino adorador. (Is. 51:3; 2 Cor. 9:10-11; Col. 2:7)
Es un privilegio poder expresar nuestra gratitud a Dios con nuestras propias palabras y acciones. Solo pensar en sus maravillas causa gozo en el corazón. Tener una actitud de agradecimiento fortalece la fe, nos hace crecer en nuestro caminar con el Señor y trae muchas bendiciones a nuestras vidas.
Inspírate a ser una persona agradecida de Dios con los siguientes pasajes bíblicos que hablan sobre la gratitud. También recuerda que dar gracias es una forma de orar a Dios y lo debemos de practicar continuamente. Es algo precioso que puedes hacer junto a tu familia durante el devocional.
Dad gracias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. -1 Crónicas 16:34
El Señor es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.- Salmos 28:7
El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra; y al que ordena bien su camino, le mostraré la salvación de Dios. -Salmos 50:23
Y yo te daré gracias con el arpa, cantaré tu verdad, Dios mío; a ti cantaré alabanzas con la lira, oh Santo de Israel. -Salmos 71:22
Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu prado, te daremos gracias para siempre; a todas las generaciones hablaremos de tu alabanza. -Salmos 79:13
La palabra acción  significa, gesto, movilidad,
Gracias: Don o favor que se hace sin merecimiento particular; concesión gratuita.
4. f. Afabilidad y buen modo en el trato con las personas.

Apocalipsis 4:8-10Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos;(A) y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso,(B) el que era, el que es, y el que ha de venir.
Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
¡Oh, sí conociéramos el don de Dios y quien es el que nos lo da!
IV. ¿Cómo podemos ser agradecidos o dar gracias a Dios?
La mejor manera de hacerlo es como el Espíritu diga.
1. Expresiones: abriendo nuestros labios, nuestra boca expresando palabras lindas, oraciones, alabanzas. Siempre el expresar gratitud a Dios se convierte en alabanza. Heb 13:15 "así que ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Él, sacrificio de labios que confiesen su nombre"
Y la alabanza es poderosa y el enemigo Satanás, lo sabe muy bien, es por eso que hace muchas cosas para quitarnos la alabanza de nuestros labios, porque cuando un pueblo alaba a Dios suceden cosas maravillosas, fue con alabanza que los muros de Jericó cayeron, con la alabanza a Dios se rompen las cadenas, tiembla la tierra, las batallas son ganadas, se obtiene la victoria, huye el enemigo. Alabanza de corazón, en espíritu y en verdad, es lo que Dios desea, porque Él busca a tales adoradores, conviértete tú en uno de ellos. Abramos nuestros labios con toda libertad y expresémosle a nuestro Dios y Señor toda la gratitud de nuestro corazón. Porque Él lo está esperando de ti y de mi.
2. Acciones: acciones de gracias es hacer es actuar. Es dejar de hacer lo malo, es entregarle por completo a Dios todas las áreas de nuestra vida, es darle a Dios toda la gloria, todo el control de nuestro ser por entero, espíritu, alma y cuerpo. Acción de gracias es hacer la voluntad de Dios y no la nuestra. En Ro 12:1 dice "así que hermanos os ruego por la misericordia de Dios que presentes vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional" es dejar un tiempo especifico sin interrupciones, sin distracción, para Dios, acción de gracias es una entrega, es un compromiso, tanto la ofrenda monetaria como la ofrenda de nuestra vida es una acción de gracias.
Conclusión:
No seamos como los nueve leprosos indiferentes y mal agradecidos Vivamos agradando y siendo agradecidos con Dios, todos los días, todo el día, en todo tiempo y en todo lugar.
alabanza
la importancia de la alabanza. Él oraba tres veces al día, pero alababa siete veces al día. David
. Todos juntos entonaban cantos de alabanza a Jehová. Fue en ese preciso momento que la gloria de Jehová llenó Su casa (2 Cr. 5:12-14).
En otras palabras, la alabanza proviene del dolor y de los sufrimientos. Hebreos 13:15 dice: "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de El, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan Su nombre".
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El llamado de Dios, tiempos finales
LA VERDADERA ALABANZA BIBLICA
Escrituras claves, Jn 4:23-24 ,Sal 100:4 ,Ro 12:1 1ª, Pe 2:9 ,He 13:15, Ef 5:19-20, Col 3:16-17 Introducción: Las palabras “alabanza” y “adoración” cubren toda nuestra respuesta de amor y aprecio al Señor. Resumen nuestra razón de vivir (Is 43:21; Ef 1:6, 12, 14). Deberíamos agradecer a Dios por lo que nos ha dado. Deberíamos alabar a Dios por lo que ha hecho por nosotros. Deberíamos adorar a Dios por quien es para nosotros.

Necesitamos siempre tener un corazón agradecido a Dios que ha hecho tanto por nosotros (Sal 100:4). De hecho, Pablo nos exhorta a regocijarnos en el Señor siempre (Fil 4:4). Dios nos ama, se preocupa por nosotros, y quiere que lo sepamos. Desde un corazón agradecido podemos darle gracias y adorarle en espíritu y en verdad.

¿Qué es la alabanza? Reconocer quién es Dios (Sal 104:1-35; 1ª Cro 29:10-13).
— Reconocer a Dios, por todo lo que ha hecho por nosotros (Sal 25:8-10; Is 25:1).
— Ensalzar a Dios (Sal 34:3; Sal 99:5).
— Honrar a Dios (Dn 4:34-37).
— Magnificar a Dios (Lc 1:46; Hch 10:46).
— Maravillarse de Dios (2ª Tes 1:10).
— Glorificar a Dios (Ap 15:4; Sal 29:1).

¿Por qué deberíamos alabar a Dios?
— Dios es entronado en la alabanza de su pueblo (Sal 22:3).
— Nada puede alabar a Dios como el hombre (Sal 30:9; Sal 115:17-18).
— La alabanza levanta y se regocija en los grandes Hch de Dios tanto ahora como
en el pasado (Sal 40:5; Sal 98:1; Ex 15:6).
— La alabanza proclama la grandeza y majestad de Dios al mundo (Sal 66:5-8).
— La alabanza libera la bendición de Dios a nosotros (Sal (67:5-7).
— La alabanza libera el poder de Dios (Sal 149:6-9; 2ª Cro 20:12,22).
— Dios creó al hombre para que le alabase (Is 43:21; Ef 1:3-14).
— Hemos sido instruidos para alabar a Dios (Ef 5:18-20; Sal 146:1; Sal 100:4).
— La alabanza es un sacrificio que agrada a Dios (He 13:15-16; Sal 107:21-22; 2ª
Sam 24:24); no necesariamente sólo nuestros labios sino todo nuestro ser (Ro
12:1).
— Dios es digno de recibir nuestra alabanza (Ap 5:9-14).

La alabanza es un arma
La alabanza puede ser un arma contra nuestro enemigo, Satanás, porque Satanás es alérgico a la alabanza. En la guerra espiritual, no seguimos alabando y cantando sólo por amor a ello, sino al contrario, deberíamos sentir, por el Espíritu Santo, la Palabra de Dios en la que reposa la unción de Dios (Sal 56:4,10-11; 2ª Cro 20:21-22). Deberíamos perseverar hasta que el poder de Dios se abra camino (Hch 16:25). Esta clase de alabanza no es pronunciada sólo silenciosamente en nuestro corazón sino, más bien, ¡ha de ser oída!

Siete palabras hebreas para alabanza
1. Yadah: Alcanzar la mano, reverenciar o adorar con las manos extendidas (Gn 29:35; 2ª Cro 7:6; Sal 107:8).

Halal: Ser claro, hacer un espectáculo, enorgullecerse y ser necio, entusiasmarse o celebrar (1ª Cro 23:5, 30); 2ª Cro 20:19,21; Sal 69:30; Sal 150:1-6).

Tehillah: De “halal” laudación o himno de alabanza (Deut 10:21; 2ª Cro 20:22; Sal 100:4; Sal 145:25) Dios es entronado en esta clase de alabanza (Sal 22:3).

Barak: Arrodillarse y, por implicación, bendecir a Dios como acto de adoración (Jue 5:2).

Zamar: Golpear con los dedos, tocar un instrumento acompañado por voces, por lo tanto celebrar en cántico y música (Sal 21:13; Sal 57:7: Sal 108:1).

Shabach: Dirigirse o glorificar a Dios en un tono o grito alto (Sal 63:3; Sal 117:16; Sal 145:4).

Towdah: Una extensión de la mano en adoración; específicamente un coro de adoradores; una confesión o sacrificio de alabanza (Sal 100:1; Jer 17:26; Jer 33:11).

¿Qué es la adoración?
Adoración: Apreciar a Dios porque El es digno (Ap 4:11; Ap 5:12). Las palabras hebreas para “adoración” son “segad” y “shachah” y estas significan “inclinarse”. También llevan en su significado la idea de una relación entre un perro y su amo, es decir, amor, adorador. La palabra griega principal traducida como “adoración” es “proskuneo” y significa “besar la mano; rendir homenaje o reverenciar”. La adoración bíblica tiene entonces el significado implícito de la adoración desinteresada de un ser mayor. Jesús derramó su sangre para darnos el privilegio de adorar al Padre (He 10:19-22) A través de Jesús, todo creyente llega a ser un sacerdote de Dios, es decir, aquellos que presentan al pueblo de Dios a Dios, y Dios al pueblo (Ap 1:6; 1ª Pe 2:9). Debemos poner a Dios primero en nuestra vida y la adoración es una expresión de esto. Cuando damos a Dios en esta manera El nos acerca a sí mismo y nos coIma de bendiciones. Adorar a Dios no es sólo cantar canciones. En efecto, como discípulos de Jesús todo lo que hacemos, es decir, nuestro trabajo, actividades de ocio, estudio, vida familiar, etc., debería ser adoración a Dios. La verdadera adoración a Dios involucra dar el 100% de nuestra vida a El; estar totalmente dispuestos y totalmente obedientes a El. La adoración de Dios es un estilo de vida de traer gloria a Dios.

La adoración es lo que busca el Padre
Jesús dijo: “Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu, y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn 4:23-24)

Nota que este pasaje enseña cinco puntos:
1. Adoramos al Padre: Como sus hijos e hijas redimidos, le amamos porque primero El nos amó (1ª Jn 4:19).
2. Adoramos desde nuestro espíritu: Esto significa que debemos nacer de nuevo del Espíritu Santo si hemos de adorar a Dios aceptablemente. Nuestra adoración a Dios debería ser llevada e inspirada por el Espíritu Santo. Sólo El sabe adorar a Dios de una manera que sea agradable al Padre (1ª Cor 2:10-16; Jn 16:13-15).
3. Adoramos desde nuestro corazón: Adoramos en verdad; desde la realidad de una vida vivida en comunión con Dios el Padre, por Jesús Su Hijo. La palabra griega traducida como “verdad” es “aletheia” la cual también significa “realidad”. Necesitamos ofrecer nuestra más sincera adoración a Dios con nuestra boca (Mt 15:8-9). Necesitamos expresar la melodía en nuestro corazón (Ef 5:19) y el gozo que Jesús nos trae (Lc 1:16-47).
4. Adoramos con nuestro entendimiento: Porque adoramos a un Dios que conocemos personalmente (Jn 4:22; Hch 17:22-23; 1ª Cor 14:15).
5. Adoramos voluntariamente: No alabamos o adoramos a Dios por iniciativa, sino porque El lo desea.

La adoración es una prioridad en el cielo. Siempre que veamos una imagen de Dios en la Biblia, vemos la adoración en desarrollo (Is 6:1-5; Ap 4:6-11; Ez 47:1-12). La adoración da lugar al dominio de Dios y la forma de adoración o liturgia (lo que hacemos) no es la cuestión. La cuestión es si la vida de Dios está en nuestra adoración.

¿De qué maneras podemos ofrecer alabanza y adoración a Dios?
— Con palabras (Sal 9:1).
— Con gritos (Sal 95:1).
— Con inclinación (Sal 95:6)
— Con cántico (Sals 104:33; Sal 33:1)
— Con baile (esto es un símbolo de una verdad mayor, que toda nuestra vida, cuerpo, alma y espíritu, están dados al Señor en respuesta a Su amor) (Sal 150:4; Sal 149:3).
— Con las manos alzadas, expresando dependencia en el Señor o victoria en el Señor (Sal 134:2).
— Con instrumentos; normalmente, aunque no siempre acompañado por cántico (Sal 150:3-5; Sal 98:4-6).
— Con todo nuestro estilo de vida (Ro 12:1; Fil 1:20, 1ª Cor 6:20; Ef 5:20; 1ª Tes 5:16-18).
— Cantar con el espíritu, nuestro lenguaje dado por Dios (1ª Cor 14:15).
— Con Salmos: Palabras cantadas de la Biblia (especialmente los Salmos). Himnos: Composiciones que especialmente ensalzan a Jesús como Señor. Canciones espirituales: Canciones originales, o bien preparadas o inspiradas espontáneamente por el Espíritu Santo, que expresan nuestra experiencia del Señor (Ef 5:19-20)

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