busca nuestros libros en Amazon pastor Luis Miguel Quiros

domingo, 19 de febrero de 2017

Echando raices en Cristo

-Una vida Cristiana sin raíces profundas no avanza ni permanece

Efe_3:17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

Col_2:7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.


La raíz es esencial en toda planta, a través de ella se alimenta y se nutre. Un creyente sin raíz acabara secándose.

Mat 13:5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

Mat 13:6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

La raíz firme y honda, conservan en...
pie el árbol en el día de la tormenta. Cuando no hay cimientos, la casa, el árbol, las vidas son quebradas.

La raíz no se ve, es la vida privada del creyente, su búsqueda de Dios su interés, pero aunque no se vea la raíz, si que se ve el resultado de su búsqueda.

Las grandes raíces pueden incluso romper la piedras,



2 Corintios 13:14

"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros. Amén”. (2 Corintios 13:14)

Dios nos da los materiales, nosotros tenemos el trabajo de construir nuestra vida cristiana.

Crecemos para entender. El hombre carnal no entiende le parecen locura.

1 Corintios 2:14

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

La incredulidad te cierra las puertas del reino y te aleja de el.

2 Corintios 4:4

en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Efesios 4:18

teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

Crecemos para conocer

Efesios 3:19

y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Crecer para Participar en su obra

2 Timoteo 1:8

Por tanto, no te averg:uences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,



2 Timoteo 2:6

El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.

Hebreos 3: 14

Pues, si somos fieles hasta el fin, confiando en Dios con la misma firmeza que teníamos al principio, cuando creímos en él, entonces tendremos parte en todo lo que le pertenece a Cristo

Participamos, Orando por la obra y los hermanos

Colaborando en la predicación del evangelio

Siendo participantes de algún servicio e los niños, células, limpieza

Participamos colaborando económicamente en el sostenimiento de la obra.

Se notan los creyentes que dan fruto, son los que han echado raíces,

Hay raíces que son de amargura, hay que vigilar, estos contaminan al cuerpo con sus criticas, su incredulidad, sus razonamientos carnales lejos de la palabra. A estos evita, dice la escritura

2 Timoteo 3:5

que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

Hebreos 12:15

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

La queja y la critica continua debilita la obra de Dios en nuestras vidas.

La queja constante tiene en las personas las siguientes consecuencias negativas:

1.- Nos convierte en personas insatisfechas y nos generan un estado de ánimo negativo.

2.- Nos provocan un desgaste emocional y psíquico importante por el que se escapa nuestra fe y bendición. Nos centramos en lo negativo y no conseguimos ver lo positivo que es lo que nos va a permitir avanzar.

3.- Agotamos a las personas que tenemos alrededor nuestro.

4.- Nos hace personas pasivas que no buscan soluciones.







Aprende a crecer y ha echar raíces en sanidad del alma y del cuerpo.

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. (Mateo. 7:24-27)

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