Hay un frío más intenso que el invernal, frío que cala los huesos y transforma todo el ser, frío que trae soledad al corazón, y no hay abrigo que pueda aliviar. Separado de ti Jesús, solo hay frialdad, alejado de ti, muerte, porque tu eres la luz y el calor del hombre, tu eres la vida, y sin ti no hay llama que pueda calentar. Contigo se van los temores, desaparece el miedo, se detiene el poder de las tinieblas, porque tu eres vencedor. Ha precio de sangre comprastes mi vida, me sentastes a tu mesa y me vestistes de alegría, Transformastes el silencio de mi alma, y abrazastes mi ser como Padre bueno que eres. No son palabras, es la palabra hecha carne y tu Santo Espíritu llenando todo mi ser. ¡Te amo Jesús!
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