Pedro el apóstol, se vio tan fuerte un dia que le dijo a Jesús: "No te acontezca tal cosa... Mi vida daré por ti" Y es que ha veces nos vemos tan fuertes, tan valerosos, que somos capaces en nuestra mente y en nuestro carnal corazón de cualquier cosa.Luego como Pedro, cuando se vio en la realidad de las cosas y en la prueba, enmudeció, negó y maldijo, diciendo que no conocía a Jesús. Necesitamos fortalecernos en nuestro interior, porque el evangelio no se trata de hombría, sino de humildad, de reconocer que no tenemos fuerzas, que necesitamos en cada momento el amparo del Señor. El nos dijo: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón" y es aquí donde todos naufragamos. ¡Te necesito Jesús!
