La palabra de Dios nos habla de una bella historia la cual podemos aplicar hoy a nuestro libro privado de sabiduría. En esta historia, Jesús nos habla de un padre que tenia dos hijos, y el menor de ellos cansado y tal vez aburrido de la vida que llevaba, le dijo a su padre que le diera la parte de la herencia que le correspondía, porque el había decidido marchar de casa y conocer, según el cosas mejores. Seguramente los amigos que frecuentaba no serian los mas idóneos para el. El padre accedió a su petición y su hijo marcho lejos gastando toda la herencia hasta quedar arruinado y sin amigos. La historia es bien conocida, pero lo mas importante de ella es la reacción del hijo cuando ya no tenia nada, se quedo sin amigos, sin dinero, sin familia, pero trajo a su corazón lo que muchos de nosotros necesitamos: Un arrepentimiento genuino, que le llevo a volver, no con altivez, si no con humildad. diciendo: Ya no soy digno de que el padre me trate como a un hijo, seré solamente un criado, un siervo, si es que me acoge como tal.
¿Cuantas veces, hemos marchado de la casa del Padre nosotros? Sin embargo necesitamos aprender el camino de vuelta, teniendo siempre en nuestro corazón la confianza de que nuestro Dios es misericordioso y compasivo.
Is 55:6 Buscad a Yahvé, mientras pueda ser hallado; llamadlo en tanto que está cerca."
Is 55:7 Deje el impío sus caminos, y el malvado sus pensamientos, y vuélvase a Yahvé, que tendrá de él misericordia; a nuestro Dios, que es rico en perdones."