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libros del Pastor

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viernes, 27 de junio de 2008

El poder de su palabra.


Col 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

Joh 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Joh 1:2 Este era en el principio con Dios.
Joh 1:3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

Heb 11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Heb 13:8 Jesucristo nunca cambia: es el mismo ayer, hoy y siempre.

La palabra de Dios en la boca del creyente tiene poder. Su palabra aplicada correctamente es medicina, es prosperidad, es bendición. Al igual que en una analitica de nuestra sangre encontramos, diversidad de sustancias, asi también su palabra tine multiples aplicaciones.
Jesus dijo que su palabra, es el pan de vida, verdadera comida, vida Eterna. 
El verbo Jesucristo se hizo carne, habito entre nosotros, y lo hizo para darnos a conocer su plan de salvacion, la hermosura de sus promesas en nuestra vida.
En este tiempo ahora más que nunca necesitamos conocer la palabra de Dios. ¿Que dice Dios de nosotros? ¿que ha provisto?  

Pro 3:1 Hijo mío, no te olvides de mi ley,
Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Pro 3:2 Porque largura de días y años de vida
Y paz te aumentarán.

Isa 55:11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

-La palabra tiene que ser aplicada, por medio de la confesión, esto es hablar lo que Dios ha dicho referente a nosotros,
-La palabra tiene que ser creida, eso significa confianza plena aun a pesar de las circunstancias.
-La palabra tiene que ser honrrada, dándole toda la importancia.

En estos tiempos, la juventud le da mas sentido, mas importancia a la musica, al teatro, a las danzas, a las actividades de la iglesia antes que oir, escuchar la palabra, que sale de la boca del ungido. Si El pastor es un hombre de Dios, escogido y puesto por el, no lo dudes de su boca saldra palabra de Dios para tu vida. La falta de palabra, es falta de alimento espiritual, se traduce en raquitismo, y anorexia, por lo que nos faltan las fuerzas y el enemigo podra, sin duda podra con todo aquel que menosprecia el poder de su palabra , al contrario, todos aquellos que aman su palabra, tendran fuerzas como de búfalo, y seran ungidos con aceite fresco.

-Sin palabra no hay fe.
-sin palabra no hay fuezas
- sin palabra, no hay conocimiento de su voluntad.
-Sin palabra no hay Cristo, porque Cristo y su palabra van de la mano.

1Sa 3:1 El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
1Sa 3:2 Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver,
1Sa 3:3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,
1Sa 3:4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.

Jer 1:9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
Jer 1:10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
Jer 1:11 La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro.
Jer 1:12 Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.

Tengamos Un corazón reverente hacia su palabra amemosla, entregemosnos a ella, y Dios estara con nosotros.  Un abrazo.

jueves, 26 de junio de 2008

De donde vendra mi socorro

SALMO 121.

¿De dónde vendrá mi socorro?
Psa 121:2 Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
Psa 121:3 No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
Psa 121:4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
Psa 121:5 Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
Psa 121:6 El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
Psa 121:7 Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.
Psa 121:8 Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.

               
Su Palabra es la mejor solucion.

martes, 24 de junio de 2008

Evangelismo


 Quizás es la parte que mas nos cuesta a los creyentes, pero puedo deciros que es la parte que mas nos bendice. La unción de Dios, La sabiduría, la valentía, el clamor, la intercesión profunda, los dones de ministerio, todas estas cosas puedo asegurarte que vienen por predicar el evangelio.
Cuando yo tome la responsabilidad, junto con mi esposa Montse de  ministrar a la juventud, mi primer deseo era dar a conocer a otros jóvenes, lo que Dios había hecho en mi vida.
Yo nunca había predicado a nadie, nunca había repartido un tratado, me daba pánico el predicar, el hablar de Cristo, pero yo sabia que tenia que hacerlo. Días antes en una reunión de jóvenes, la carga por la juventud vino a mi vida con mucha intensidad, tanto fue que caí al piso a todo lo largo llorando desconsoladamente, y gimiendo por ellos. Una visión apareció en mi interior, en ella el Espíritu Santo, me mostraba un gran Trono a lo lejos lleno de luz donde acudían por una amplia calzada muchas personas. A los laterales izquierdo y derecho muchas volvían alejándose del trono de Dios, después de haber estado en su presencia, y estos caían a un profundo abismo. Yo lloraba con fuerza y le preguntaba al Señor, ¿Porque  se perdían tantos? (porque eran miles los que retrocedían y caían al abismo)  y el Señor me respondió: ¡Estos se pierden porque nadie les predico mi evangelio!  
 Yo se que aquella visión cambio mi vida, me motivo, me trajo pasión por la juventud, por las almas.  
Aquella misma semana empezamos a salir los jóvenes a repartir tratados a las calles a las plazas. Al principio no fue facil, solo repartíamos no hablábamos, pero poco a poco, se convirtió en valentía. Salíamos sábados tarde, orábamos por ellos los domingos en la mañana a la ocho y volvíamos a salir domingos tarde con guitarras a los lugares donde pasaban los jóvenes para ir a sus fiestas, fueron meses, años de siembra, de llanto de clamor. El sembrador sale a sembrar pero os puedo asegurar que quien da la cosecha es Cristo. Desde Aquella fecha,  he orado por centenares en las calles para que reciban a Jesús, hemos predicado a miles, hemos golpeado las puertas predicando de casa en casa.
 ¿Para que quieres la unción si no la usas, para que quieres el poder? Dios aumenta al que usa su gloria para darle mas gloria a El.  Animaros Jóvenes, hay que orar, y hay que evangelizar las dos cosas van de la mano si queremos ver resultados. Un abrazo  Luis.