Cinco minutos en su presencia 27 de Diciembre

 Pedro el apóstol, se vio tan fuerte un dia que le dijo a Jesús: "No te acontezca tal cosa... Mi vida daré por ti" Y es que ha veces nos vemos tan fuertes, tan valerosos, que somos capaces en nuestra mente y en nuestro carnal corazón de cualquier cosa.Luego como Pedro, cuando se vio en la realidad de las cosas y en la prueba, enmudeció, negó y maldijo, diciendo que no conocía a Jesús. Necesitamos fortalecernos en nuestro interior, porque el evangelio no se trata de hombría, sino de humildad, de reconocer que no tenemos fuerzas, que necesitamos en cada momento el amparo del Señor. El nos dijo: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón"  y es aquí donde todos naufragamos. ¡Te necesito Jesús!

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Cinco minutos en su presencia 26 de Diciembre

 Todo llega, y todo se acaba, ¡Parece que fue ayer! decimos muchas veces, y es verdad, el tiempo pasa tan rápido, miramos hacia atrás recordando los momentos del pasado y algunas veces con alegría, y otras con tristeza. Señor, tú eres el autor de la vida, el dueño del tiempo, Unos nacen y otros mueren, haces salir el sol, y traes las nubes, haces caer la lluvia, y la retienes, Nadie puede detener el tiempo, caminamos hacia la eternidad, nos sentimos como si todo hubiera pasado en un segundo. Tu nos dices: "Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día" Es por eso que necesitamos dejar todo en tus manos, porque tuya son todas las cosas. 

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Cinco minutos en su presencia 25 de Diciembre

 ¡Navidad! Cuando para muchos hoy puede ser un dia de felicidad, para otros es un embargo de pensamientos y de tristeza, donde muchos se sientan a la mesa, pero otros ni mesa tienen para recordar, cada cual interpreta su particular navidad. El mundo es un abanico multicolor de preferencias, motivos y pensamientos, que reflejan la situación de cada cual. ¡Navidad es Jesus!  es esperanza para el afligido, es paciencia para el desesperado, es alegría para el que vive en tristeza. Navidad es poner nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, olvidando  nuestro yo y aferrándonos aquel que puede cambiar el agua en vino. Cualquiera que sea tu situación, recuerda: ¡Jesus es la Navidad!

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