
La mayoría de Cristianos, y hablo de los reales de los auténticos, desean parecerse más a Jesús, y esto es un buen deseo, por no decir el mejor. Dios Padre quiere que imitemos a su hijo Jesús, y muchas veces, no encontramos la manera de hacerlo, pero si nos fijamos en los evangelios podemos ver como era nuestro Maestro.
Era un hombre de oracion.
Mat 14:23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
Mar 6:46 Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar;
Luk 6:12 En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Luk 18:1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
Era un hombre de fe.
Luk 17:6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.
Mar 2:5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Mar 5:39 Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme.
Mar 5:40 Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.
Mar 5:41 Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate.
Mar 5:42 Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron
Era obediente a su padre.
Mat 11:27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Mat 12:50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.
Joh 5:30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Nuestras vidas, nuestro crecimiento depende mucho de la oracion
de la fe y de la obediencia, tres areas que tenemos que cuidar y perseverar para crecer en Cristo.
No seamos insensatos sino sabios y entendidos de cual sea la voluntad del Señor. A El sea la gloria. Luis M.
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