busca nuestros libros en Amazon pastor Luis Miguel Quiros

jueves, 4 de junio de 2009

sanidad Divina

Isa 53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Isa 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre él; y por su llaga hubo cura para nosotros.

Quizás es este unos de los versículos más nombrados,cuando hacemos referencia a la sanidad divina. Dios ha preparado para sus hijos recursos inagotables de salvación, sanidad,y liberación para su pueblo. El deseo de un padre terrenal es ver a sus hijos crecer sanos y fuertes, y con toda certeza cuando esto no es así, nos preocupamos, y buscamos todos los recursos para que la salud de nuestros hijos sea restablecida. Dios es un padre bueno y quiere lo mejor para nosotros, tanto es así, que ya en el antiguo pacto, en la época de Moisés, Dios dejo promesas de sanidad a su pueblo:
Éxo 15:26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad, de las que envié a los egipcios, te enviaré a ti; porque yo soy el SEÑOR tu Sanador.

Las condiciones para mantenerse sano eran oír la voz de Dios, hacer lo recto, y poner por obra su palabra.
La biblia esta llena de referencias, acerca de la sanidad, y en este tiempo, quiero deciros con la boca bien grande, y con voz fuerte, que Dios no ha cambiado. Su palabra es la misma, su gloria es idéntica, su amor no cambia, su poder no ha menguado.
¿Porque pues hay enfermedades que persisten, aun después de la oración de fe por parte de los siervos de Dios? Las razones son muchas, y variadas y cada caso es diferente y particular en si mismo.
-falta de santidad. si no hemos limpiado nuestra vida y seguimos viviendo en la inmundicia, es posible que la enfermedad persista.
-falta de perdón. La falta de perdonar al prójimo las ofensas y los daños que otros nos hayan hecho puede impedirnos recibir sus promesas.
-Vivir lejos de Dios. La falta de oír su palabra, de orar, de guardar sus mandamientos nos enfría espiritualmente y nos deja sin sus bendiciones.
-No guardar el día de reposo. El domingo para el creyente es un mandamiento de parte de Dios, para apartarlo y destinarlo a la adoración y el acercamiento a Dios. Si guardamos el día de reposo, el guardará nuestras vidas.
-Falta de fé en el corazón. El señor Jesús, dijo en muchas ocasiones a los que venian buscando sanidad: Conforme a tu fé te sea hecho, hay que cultivar la fé y la confianza en Dios. Necesitamos acudir antes a Dios que a los medicos.
-Una vida mezquina. Las ofrendas, los diezmos, el ayudar al projimo hace que La misericordia de Dios nos alcancen también a nosotros. Cuando descuidamos estos mandamientos cerramos la gracia de Dios en nuestras vidas.
-La falta de clamor y oración. Jeremias 33-3 dice: Clama a mi y yo te responderé... este es un secreto de Dios para recibir su provisión completa. Practica la oración y el clamor y tendras el cielo abierto.
Estas son algunas de la ataduras que nos impiden recibir la sanidad divina, espero que os sean de ayuda en vuestra busqueda de las promesas de Dios en relación a la sanidad. Un abrazo cordial en Cristo. Luis M. Quiros.

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