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Los discipulos le dijeron a Jesus en una ocasión: Enseñanos a orar. Esta es una necesidad que como creyentes tenemos, y la verdad no es nada facil. La oracion es la sangre del alma, y sin oracion nuestra vida espiritual perece. Es por ello que tenemos que esforzarnos en levantar nuestro clamor. Necesitamos como discipuladores enseñar a nuestros niños y jovenes a orar, y para ello se necesitan personas experimentadas que los lleven a las aguas del clamor y la intercesión. En este capitulo descubriras como empezar una reunion de oración, y como llevar a los jovenes al quebrantamiento. Espero que sea de mucha bendicion. Luis M. Quiros. Recuerda: Damos de gracia y de gracia somos agradecidos. www.luismquiros.com
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