busca nuestros libros en Amazon pastor Luis Miguel Quiros

lunes, 13 de junio de 2011

La perseverancia en la vida cristiana.

Ser perseverantes,constantes, en nuestro caminar cristiano, es una de las  cualidades mas poderosa que podemos tener como creyentes. El diablo intentara por todos los medios detenernos y hacernos tropezar por medio de tentaciones y se moverá con fuerza para que fracasemos en nuestro intento de servir a Dios exitosa mente. Cuando por un motivo u otro hacemos lo indebido, automáticamente el acusador intentara desprestigiarnos, haciéndonos ver, que no somos dignos de acercarnos al Señor nuevamente. Los  pensamientos de derrota, de traición,de inseguridad, vendrán con fuerza,  para dejarnos en la cuneta. Este es el lugar de la duda, donde uno cree que Dios ya no contara mas con nosotros, le hemos fallado, y aunque sabemos acerca del amor y de la gracia de Dios, no somos capaces de perdonar nuestros propios errores.
El Apostol Pedro se encontró en esta situación cuando después de haber negado a Cristo, se volvió nuevamente a sus tareas de la pesca, se considero tan vil, tan miserable que la amargura lleno su corazón. De igual manera también Adán se escondió de la presencia de Dios, su pecado le trajo temor, y eso le hizo perder la confianza en su creador, pensado que no había solución para El.
La perseverancia, nos capacita para  levantarnos en las circunstancia mas adversas, mas difíciles, nos empuja a seguir hacia delante, no sin antes arrepentirnos delante de Dios de nuestros errores. Un creyente que conoce a Dios, y no confía en sus propias fuerzas, sabe que un día, tarde o temprano, habrá una caída, un fallo,una ocasión en la cual vamos a fallar a nuestro Maestro. En ese día, nos tocara acercarnos humildemente al Señor y pedir misericordia. No te quedes bajo el engaño de Satanás que quiere hacerte ver tu desnudez, el Señor ha preparado para cada uno de nosotros, la provisión de su sangre que fue derramada en la cruz para perdón  de nuestros errores. La misericordia de Dios es para siempre, seamos compasivos delante de nuestras caídas, porque nadie puede decir: " A mi no me pasara" No le demos ventaja a nuestro adversario, olvidándonos que El es poderoso para restaurar y levantar al caído.

Isa 1:16 Límpiense y purifíquense, quiten sus maldades de mi vista, dejen de hacer el mal
Isa 1:17 y aprendan a hacer el bien. Sean honestos con los demás, ayuden al oprimido, hagan valer los derechos de los huérfanos y defiendan a las viudas».
Isa 1:18 El Señor dice: «Vengan y arreglemos el pleito. Aunque sus pecados sean como el rojo encendido, ustedes quedarán tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como la púrpura, ustedes serán tan blancos como la lana.
 Luismquiros.



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