Palabra viva. Galatas Cap. 1. Por revelación de Jesucristo

Tweet Gal 1:12  pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 

La palabra revelación nos indica o nos habla de algo que estaba oculto y sale a luz. Así la palabra de Dios  ha estado velada por muchos siglos hasta la aparición de Jesucristo. El trajo lo escondido los misterios que habian sido guardados desde antes de la fundación del mundo.  Jesús oro en Mateo 11 de esta manera:

Mat 11:25  En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.

Mat 11:26  Sí, Padre, porque así te agradó.

Mat 11:27  Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre;(J) y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo,(K) y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Dios solo revela su gloria y su palabra a los niños. Ser un niño, es una condición de humildad de sencillez. Para recibir de Dios hay que ser trasformado por el Espíritu Santo, el cambia los corazones de piedra endurecidos por el pecado y pone un corazón de carne, capaz de sentir, experimentar y tener dolor por aquellos que están haciendo lo malo.
Los profetas eran inspirados por Dios para traer su palabra, y ella era luz para el pueblo. La revelación es guía es camino, es poder de lo alto para declarar lo que esta asentado en el pensamiento de Dios.
La formula que Dios ha escogido para declarar su palabra, es la revelación. El imparte visiones, sueños, sabiduría , ciencia e inteligencia espiritual.  El apóstol Pablo fue revestido con una gracia muy especial,  y por medio de ella nos trajo una profunda revelación de los misterios del reino.
 Estos son tiempos donde los libros de la revelación de Dios están abiertos para aquellos que han sido apartados por Dios. Jesús dijo que  El Espíritu Santo vendría y El nos enseñaría todas las cosas.
Es tiempo de buscar el reino de Dios, en el están escondidos todos los misterios de su maravillosa palabra.
Tres cosas nos hacen falta para alcanzar su favor: Fe, amor y humildad.