Llamamos fe a cualquier cosa, y desprestigiamos en nombre de Dios y sus promesas, pero cuando alguien ha permanecido en el lugar Santo y ha sido fundido juntamente en la naturaleza divina, ocurre lo imposible y el don de fe actúa. Fe no es fantasía, no es solo confesión de la palabra, fe es naturaleza divina obtenida en el secreto de la oración. Solo los humildes la poseen y esto no se jactan de lo que han recibido, antes bien huyen de la popularidad, y se esconden bajo el manto de Dios.
