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domingo, 7 de agosto de 2016

Sometimiento espiritual

Santiago 4: 7
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
Cuando la Biblia habla acerca de someternos a Dios, está hablando de tener una verdadera relación personal con El, es vivir cada día enamorados de Él, es poner en práctica su palabra y hacer de nosotros unos siervos fieles a Dios que anhelan y luchan cada día por vivir en santidad.

Entonces traduciendo este versículo a frases populares para que las podamos entender seria de la siguiente manera: “Si tú tienes una verdadera relación personal con Dios, poniendo por obra sus estatutos y viviendo en cada momento en fidelidad y santidad, entonces podréis resistir al diablo y este huirá de vosotros”
  Sometimiento y auto-sacrificio, conforman otras dos marcas vitales de la madurez espiritual.
 Someterse significa renunciar a vivir en independencia a  Dios y a su autoridad.
Filipenses 2.5 al 8
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

 De esta sumisión nace el deseo de sacrificarse por el plan de Dios, sin importar lo que esto significaba.  Entonces, someterse es parte del paso a la madurez y al ministerio efectivo a la semejanza de Cristo.

Sometimiento es una de las cosas que más nos cuesta cumplir ya que, por naturaleza, los seres humanos no nos gusta someternos a nadie. Pero en la vida cristiana y en el ámbito espiritual, es la llave que abre la puerta a las bendiciones de Dios.

El paso que sigue (el fruto) al sometimiento a Dios, es el sacrificio.
EL SOMETIMIENTO EN EL NUEVO TESTAMENTO