Cuando ocurren las cosas, vienen por algún motivo, y aunque no podamos entender, tal como dice el libro de proverbios: "Nunca la maldición viene sin causa" Algunas veces es el resultado de una mala siembra, y como tal, cosechamos lo que sembramos. Tal vez no fue la persona que ha sufrido el daño la causante del conflicto, Quizás fueros sus padres, o los abuelos, pero la verdad es que malas decisiones en nuestra vida, pueden afectar a las generaciones siguientes. Esto se ve mas en las personas que no creen en Cristo, dado como dice las escrituras, estas se hayan bajo maldición. El ocultismo, la brujería,trasmite maldición diabolica a las generaciones venideras, trayendo calamidad,enfermedad,suicidio,separaciones matrimoniales etc... Así tambien cuando los padres ha consumido drogas,o han sido esclavos del alcohol, o del vicio del juego, los hijos y aun los nietos, tienen mas posibilidades de caer en los mismos hábitos, pues estos son trasmitidos geneticamente, y espiritualmente de padres a hijos.
Ocurre también, en los creyentes, cuando estos no han tomado la decisión firme de vivir para agradar a Dios.
Una vida fría, o mas bien tibia, repercute en nuestra cosecha, y pudiéramos experimentar, viejas herencias del pasado. Cristo rompió la maldición en la cruz, haciéndose el mismo maldito por nosotros. Y lo hizo para que estuviéramos libres de toda esclavitud, presente y del pasado. Pero el vivir en amistad con el mundo, nos hace enemigos de Dios, y nos hace participes de su juicio.
Vivamos con y para nuestro Dios, agrademos le en todo, seamos agradecidos, sembremos para el espíritu, alejemos de nosotros toda inmundicia. Si así lo hacemos el devorador estará lejos de nosotros, seremos mas propicios para ver la gloria de Dios en nuestras vidas.
Luismquiros