El Apostol Pedro se encontró en esta situación cuando después de haber negado a Cristo, se volvió nuevamente a sus tareas de la pesca, se considero tan vil, tan miserable que la amargura lleno su corazón. De igual manera también Adán se escondió de la presencia de Dios, su pecado le trajo temor, y eso le hizo perder la confianza en su creador, pensado que no había solución para El.
La perseverancia, nos capacita para levantarnos en las circunstancia mas adversas, mas difíciles, nos empuja a seguir hacia delante, no sin antes arrepentirnos delante de Dios de nuestros errores. Un creyente que conoce a Dios, y no confía en sus propias fuerzas, sabe que un día, tarde o temprano, habrá una caída, un fallo,una ocasión en la cual vamos a fallar a nuestro Maestro. En ese día, nos tocara acercarnos humildemente al Señor y pedir misericordia. No te quedes bajo el engaño de Satanás que quiere hacerte ver tu desnudez, el Señor ha preparado para cada uno de nosotros, la provisión de su sangre que fue derramada en la cruz para perdón de nuestros errores. La misericordia de Dios es para siempre, seamos compasivos delante de nuestras caídas, porque nadie puede decir: " A mi no me pasara" No le demos ventaja a nuestro adversario, olvidándonos que El es poderoso para restaurar y levantar al caído.
Isa 1:16 Límpiense y purifíquense, quiten sus maldades de mi vista, dejen de hacer el mal
Isa 1:17 y aprendan a hacer el bien. Sean honestos con los demás, ayuden al oprimido, hagan valer los derechos de los huérfanos y defiendan a las viudas».
Isa 1:18 El Señor dice: «Vengan y arreglemos el pleito. Aunque sus pecados sean como el rojo encendido, ustedes quedarán tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como la púrpura, ustedes serán tan blancos como la lana.
Luismquiros.