busca nuestros libros en Amazon pastor Luis Miguel Quiros

sábado, 16 de enero de 2010

reflexiones

-La fe ha de transformar los corazones y llevarlos con firmeza a Jesús.
-La fe no puede ser pasiva, ha de trabajar por lo que cree.
-Dios y solo Dios puede tratar con la naturaleza caída del hombre.
-La palabra ha de ser predicada, y ella misma tiene poder en si misma para cambiar las vidas, al igual que la semilla cuando encuentra la tierra.
-El mayor orgullo, es el de aquel que cree saberlo todo y no acepta el consejo.
-Humildad es reconocimiento de nuestra necesidad de Dios.
-El verdadero líder es aquel que prepara a los suyos para que sean mejores que el.
-El que tiene algo de parte de Dios no necesita decirlo, se le ve.
-Como no se puede esconder el corcho bajo el agua, así el que tiene de Dios se levantara, aunque lo hunda el diablo.

viernes, 15 de enero de 2010

Solidaridad con Haití


Cada minuto cuenta para miles y miles de haitianos, niños, mujeres y hombres, sepultados todavía bajo los escombros. Cada instante es precioso para aliviar la pena de familias hundidas en la desesperación y el dolor de haber perdido a un ser querido cuando no por haber perdido todo. En esta angustiosa carrera contra reloj para salvar el máximo de vidas, está bien que los Estados, entre ellos Franciay la onU, se comprometan con fuerza. Está ampliamente justificado por el hecho de que esta tragedia ha sido considerablemente agravada por la fragilidad y el mal estado de las infraestructuras. Cuesta trabajo imaginar cómo la capital, Puerto Príncipe, ha podido verse sumergida tan rápidamente en esta espiral destructiva, en el horror y en la desolación.

Si el balance es tan dramático, es también porque el país ha continuado siendo dominado y expoliado con un plan de austeridad impuesto por el Fondo Monetario Internacional, que se añade a la violencia de dictaduras como las de Duvalier y los tontons macoutes, pero también a los graves perjuicios de gobiernos corruptos. Millares de muertos y de heridos habrían podido ser evitados si las poblaciones hubieran podido beneficiarse de una asistencia sanitaria inmediata y de un hábitat más sólido.

¿Cómo continuarán justificando los poderosos del mundo que cada día se puedan dilapidar sumas colosales en armamento y en guerras o para salvar a los grandes banqueros de este mundo mientras se deja, como a Haití, a los pueblos sin recursos, en la pobreza más total? Esta espantosa tragedia se vuelve a sumar al drama cotidiano de los 12 millones de habitantes de este país de los que cerca de las cuatro quintas partes sobreviven con menos de dos dólares diarios. Nuestros hermanos haitianos se hicieron oír durante el año 2007 con los “motines del hambre”.

Alertaban ya contra un orden mundial profundamente egoísta que les estrangula desde hace dos siglos. ¿Los poderosos del planeta no les han perdonado todavía su dignidad conquistada desde 1804, año de la independencia de la Isla? Desde el principio, los dominadores y los imperialistas castigaron a este pueblo organizando contra él un bloqueo comercial e instalando presidentes fantoches hasta ponerle finalmente bajo la tutela del FMI. Todo esto le impidió ganar definitivamente su libertad total, construir su desarrollo, tomar en sus manos su destino, hasta vivir hoy en un país exangüe.

Nuestros amigos haitianos sólo han soportado sangre, armas y miseria. Lo que no hace más que reforzar la vital importancia de la movilización internacional en marcha, y especialmente la de Francia, que debe sentir una responsabilidad especial hacia el pueblo de Haití. Ahora es el momento de la más amplia solidaridad activa. Son yserán decenas de miles los que allí necesitande todo: medicamentos, material de base, víveres, medios financieros para la reconstrucción... ¡No perdamos ni un solo instante!
Fuente:http://www.humanite-en-espanol.com/

LAS AYUDAS RECIBIDAS SERAN ENVIADAS INTEGRAMENTE A LOS AFECTADOS EN EL TERREMOTO DE HAITI.





sábado, 2 de enero de 2010

No temas

No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. —Isaías 43:1


Horas antes de la llegada del nuevo año, algunos amigos nuestros en otro país estaban a bordo de una embarcación, esperando la llegada del año nuevo, cuando se desató una violenta tormenta. Ellos pudieron enviarnos un mensaje de texto con una nota tranquilizadora que decía: «Nosotros estamos sentados a bordo de este enorme barco y felices de decir que nos encontramos a salvo . . . El viento tiene mucha fuerza y tendremos tormenta. Esperamos que todos ustedes tengan un Feliz y Próspero Año Nuevo».

Este suceso de mis amigos me hace recordar a los discípulos de Jesús, ellos también se enfrentaron a una experiencia tormentosa. Estaban en el Mar de Galilea cuando vivieron esto lo relata Marcos 6:48. La tormenta era tan violenta que, a pesar de ser pescadores experimentados que conocían bien el lago, temieron por sus vidas. Pero Jesús fue caminando hacia ellos y les salvó.

Esto me hace pensar y decirte que nadie puede predecir con certeza cuán tormentoso será el año nuevo. Sabemos, sin embargo, que todos enfrentaremos tormentas. Pero quienes somos de Jesús tenemos nuestro futuro fuertemente amarrado a Él. Jesús, quien no nos falló en el pasado, no nos fallará en el futuro.

Lewis Edgar Jones describió acertadamente nuestra situación en su antiguo himno:



Anclado estoy en Jesús, en las tormentas de la vida valiente seré;

Anclado estoy en Jesús, ni viento ni ola temeré.
Anclado estoy en Jesús, pues Él tiene poder para salvar;
¡Anclado estoy a la Roca de los Siglos!