busca nuestros libros en Amazon pastor Luis Miguel Quiros

domingo, 7 de agosto de 2016

Sometimiento espiritual

Santiago 4: 7
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
Cuando la Biblia habla acerca de someternos a Dios, está hablando de tener una verdadera relación personal con El, es vivir cada día enamorados de Él, es poner en práctica su palabra y hacer de nosotros unos siervos fieles a Dios que anhelan y luchan cada día por vivir en santidad.

Entonces traduciendo este versículo a frases populares para que las podamos entender seria de la siguiente manera: “Si tú tienes una verdadera relación personal con Dios, poniendo por obra sus estatutos y viviendo en cada momento en fidelidad y santidad, entonces podréis resistir al diablo y este huirá de vosotros”
  Sometimiento y auto-sacrificio, conforman otras dos marcas vitales de la madurez espiritual.
 Someterse significa renunciar a vivir en independencia a  Dios y a su autoridad.
Filipenses 2.5 al 8
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

 De esta sumisión nace el deseo de sacrificarse por el plan de Dios, sin importar lo que esto significaba.  Entonces, someterse es parte del paso a la madurez y al ministerio efectivo a la semejanza de Cristo.

Sometimiento es una de las cosas que más nos cuesta cumplir ya que, por naturaleza, los seres humanos no nos gusta someternos a nadie. Pero en la vida cristiana y en el ámbito espiritual, es la llave que abre la puerta a las bendiciones de Dios.

El paso que sigue (el fruto) al sometimiento a Dios, es el sacrificio.
EL SOMETIMIENTO EN EL NUEVO TESTAMENTO

miércoles, 3 de agosto de 2016

DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL

comprender, entender, juzgar, aclarar, apreciar, distinguir

Pro 2:7  El provee de sana sabiduría a los rectos;
 Es escudo a los que caminan rectamente.
Pro 2:8  Es el que guarda las veredas del juicio,
 Y preserva el camino de sus santos.
Pro 2:9  Entonces entenderás justicia,  juicio
 Y equidad,  y todo buen camino.



En el lenguaje coloquial podemos decir que una persona “sin discernimiento” es aquella que toma las cosas a la ligera, que no es capaz de hacer un juicio cabal sobre la realidad ni de actuar consecuentemente.  La falta de discernimiento puede llevar, en este sentido, a actuar sin sopesar bien lo que se hace.

 Discernir significa examinar intensamente y profundamente. Hebreos 4:12 describe el filo cortante del discernimiento: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón». La única espada que debería empuñar un líder cristiano, es la Palabra de Dios.

En el hebreo, la palabra traducida como discernimiento es Bin, que aparece 250 veces en el Antiguo Testamento. Es traducida al inglés frecuentemente como insight, que en español sería perspicacia. Una persona perspicaz es alguien capaz de captar detalles detrás de una situación que quizás otros no han podido percibir. Esta palabra bien pudiera estar relacionada a verbos como estos: considerar, percibir, ser prudente. Todo esto es parte del discernimiento; cuando yo discierno algo, tengo que considerarlo, tengo que percibir lo que está detrás de lo que he considerado y tengo que ser prudente al actuar.

 En el griego, la palabra para discernimiento es diakrino, también traducida como separación, hacer distinción, juzgar. De manera que la palabra en griego es muy similar en su significado a la palabra en hebreo.

Mateo 16 : 1-3
En una ocasión se acercaron al Señor Jesús unos fariseos y saduceos y, con la intención de ponerlo a prueba, le piden que les muestre una señal del cielo.  Jesús les responde evidenciándoles su capacidad de “leer” el clima observando los signos de la naturaleza: «Ustedes saben discernir el aspecto del cielo», les dice.  Sin embargo, continúa, «no pueden discernir las señales de los tiempos»1.  En buena cuenta lo que Jesús les dice es: son ustedes muy hábiles para discernir el clima, para pronosticar si habrá tormenta a partir de las nubes que hay en el cielo, pero no se han dado cuenta de que están rodeados de signos espirituales (los signos de los tiempos) que hablan de la llegada del Mesías.

Ecl_7:25  Me volví y fijé mi corazón para saber y examinar e inquirir la sabiduría y la razón, y para conocer la maldad de la insensatez y el desvarío del error.
-El sabio,el recto,el prudente, no actua a la ligera

Examinar significa;


Observar atenta y cuidadosamente a alguien o algo para conocer sus características o cualidades, o su estado.
Indagar,descubrir,interpretar, estudiar,observar,analizar

domingo, 1 de mayo de 2016

Bendecidos por Cristo

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,” (Efesios 1:3)

Todos los que siguen a Jesús están bendecidos con bendiciones espirituales en lugares celestiales, donde Cristo esta.

Cómo podemos disfrutar las bendiciones que Dios promete si no las comprendemos?

-en Cristo  Hemos sido escogidos antes de la fundación del mundo.
-fuimos adoptados “por Jesucristo mismo.
-Fueron perdonados nuestros pecados
--Tenemos que aprender a entrar en el gozo sobrenatural de la salvación
-Tenemos que aprender a pasar del Cristo Crucificado, al cristo Resucitado
-

En Juan 14, Jesús nos dice que es tiempo que conozcamos nuestra posición celestial en él. Él les explica a los discípulos: “…porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros.” (Juan 14:19-20). Nosotros estamos viviendo ahora en “ese día” del cual Jesús habla. En resumen, debemos entender nuestra posición celestial en Cristo.

Decimos en estos tiempos: ¡Envíame tu posición! Tomamos el móvil y le enviamos
Nuestra posición a otro. Es el lugar correcto donde estamos.

-El apóstol Pablo nos muestra nuestra posición como creyentes, sentados en lugares celestiales.

Donde esta Cristo?
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.


si nosotros estamos en Cristo, entonces realmente estamos sentados con Jesús en la habitación del trono, donde él esta. Eso significa que estamos sentados en la presencia del Todopoderoso. A esto se refiere Pablo cuando dijo que debemos “sentar [nos] en los lugares celestiales con Cristo Jesús,” (Efesios 2:6).

-No es algo que tu tengas que alcanzar por tu esfuerzo. ¡Ya lo estas!

“…y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.” (14:21).
 “…para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros,… Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad,” (17:21-23).
La gloria que Cristo nos ha dado no es alguna  emoción. No, sencillamente, la gloria que hemos recibido es acceso sin impedimento al Padre celestial.
Jesús nos facilito el acceso al Padre, abriéndonos la puerta por la Cruz: “porque por medio de él [Cristo] los unos y los otros [nosotros y los que están lejos] tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.” (Efesios 2:18). La palabra ‘entrada’ o acceso significa el derecho a entrar. Significa entrada libre, como también facilidad de acercamiento: “…en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él.” (3:12).
¿Puedes ver lo que Pablo esta diciendo aquí? Por fe, hemos llegado a un lugar de acceso sin impedimento a Dios. No somos como Ester en el Antiguo Testamento. Ella tenía que esperar nerviosamente, una señal del rey antes que pudiera acercarse al trono. Solo después que él extendiera su cetro tenía Ester aprobación de pasar al frente.
Por contraste, tú y yo ya estamos en la habitación del trono. Y tenemos el derecho y privilegio de hablarle al rey en cualquier momento. Ciertamente, somos invitados a hacer cualquier pedido de él: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, par alcanzar misericordia y hallar gracia par el oportuno socorro.” (Hebreos 4:16).
¿Cuál es esta bendición? Es el privilegio de aceptación: “…con la cual nos hizo aceptos en el Amado, [Cristo]” (Efesios 1:6). La palabra para “acepto” aquí significa sumamente favorecido.
debemos aprender a vernos como Dios nos ve. Eso significa, no enfocarnos solamente en nuestros pecados y debilidades, sino en la victoria que Cristo ganó por nosotros en la Cruz.
La parábola del Hijo Prodigo provee una poderosa ilustración de la aceptación que viene cuando se nos da una posición celestial en Cristo.
Él no tenía paz, porque desconocía su posición. Que triste no tener el gozo del cielo, la paz que sobrepasa entendimiento, porque no sabes si eres aceptado. Como él pródigo, multitud de creyentes que han fallado están convencido, “No soy digno. Dios no puede aceptarme.”